jueves, 3 de diciembre de 2015

Fin de ciclo





Se va la Presidenta de todos los argentinos… ¡Qué paradoja! La que se jactó de gobernar para los pobres, la que se inflaba el pecho hablando de Patria, de igualdad, se va por la puerta de atrás, nos deja un país quebrado, vacío, con una inflación sin freno. El peor de los escenarios para los más necesitados. Se va con bronca, con algo de odio, con sed de venganza. Es que no se quería ir nunca, su enfermedad de Poder la encegueció, pensó que era para siempre. ¿Qué locura no?

Antes de irse se aseguró de complicarle bien la vida al que viene, ella que quiere tanto la Argentina, que le importas tanto vos. Deja las arcas vacías, deudas por doquier, tres mil empleados nuevos en una semana, un decreto para devolver a las provincias el dinero que no le quiso dar en ocho años. ¿Qué amor por el país no? Lo hace por vos. 

Si la culpa de los males de cuando asumió era de los ‘90, ¿quién será culpable del próximo fracaso?

Para muchos, los logros de estos años se remiten a un puesto de trabajo pero sin trabajo, un subsidio, el fútbol, algún viaje. Pero sin que se dieran cuenta, les robó la dignidad, les privó del sentido de la responsabilidad, del sacrificio, no se preocupó por la educación ni por la salud, no los dejó crecer. Y los hizo dependientes, tanto, que creen que sin ella no pueden seguir.

Está bien, algunas cosas se lograron, pero no fue pensando en la gente, su objetivo era perpetuarse en el Poder. ¿Por qué que le cuesta tanto irse? Es lo más normal del mundo, la alternancia de los Gobiernos.

Lo que viene no sé como será. Todos queremos más o menos lo mismo pero por sobre todas las cosas, que el Presidente nos respete, que no nos ‘goce’ por cadena Nacional por pensar distinto. Que no tenga rencores, odios ni sed de venganza. Con eso habremos avanzado un poco. Y lo que no se haga bien, tendrá reflejo en las urnas. Esto no es fútbol, acá no hay que hacer el aguante a nadie y menos al que te roba. No nos podemos hacer los  sotas con un vicepresidente corrupto, un jefe de Gabinete bochornoso, un Secretario de Comercio patotero o un Ministro de Economía que se quiere ir porque le molesta que le hablen de inflación. ¿Tan poco nos valoramos como país? Esto no es ‘en las buenas y en las malas’, ‘jugando bien o jugando mal’. Es más serio, no hay fanatismo que valga. ¿No tenemos más sueños que estos?

La posibilidad de que el cambio salga mal, está, y más aún con un gran porcentaje de la población que desea el mal. Justamente de esto te hablo, la paradoja de la Presidenta puede ser también la tuya. ¿Te preguntaste si vos querés el bien de la Argentina o sólo conservar tus beneficios como sea?


Si amas la Patria, solo te pido que ahora acompañes lo que viene.  



Mariano Lagomarsino para DeBrosMedia