El primer golpe de The Clash
En
mis programas de radio, PINTURA
PARA CAMALEONES Y BELMONDO
FREAK, siempre pondero algunos álbumes debut de mis bandas preferidas. Son
aquellas bandas que, luego de un promisorio primer disco, revalidan sus logros
y van por mas en las siguientes creaciones. En este caso voy a escribir sobre
la banda británica THE CLASH, que al igual que otras bandas del género punk,
tuvo un excelente comienzo discográfico en la febril segunda mitad de los años
70s. A diferencia de otras (como ser SEX PISTOLS, X RAY SPEX, por citar
algunas) The Clash supo absorber el módico éxito que les deparó el primer disco
para apostar más fuerte en sus siguientes ediciones, aportando nuevos sonidos a
su orígen punk y hablando de la cruda realidad que vivían los jóvenes en el
Reino Unido en ésa época.
Podemos partir de la premisa de
que esos nuevos aportes de sonidos (el reggae cada vez mas presente en sus
composiciones, el dub, algo de funk) y la conciencia social de sus líderes (mas
expuesta la de Joe Strummer que la de Mick Jones) revitalizaron la imagen de la
banda, oxigenaron sus temas y les permitieron durar bastante mas que la media
de las bandas punks del momento.
Los
Clash llegaron a la grabación de su primer disco homónimo, en medio de la
revuelta que supuso la firma del contrato con la multinacional CBS. Este hecho
recibió duras críticas de muchos de sus fans y la prensa musical, quienes acusaron
a los músicos de haberse vendido al poder del sistema. A esto se agrega que el
contrato fue considerado como el modelo de contrato de NO debería firmar una
banda nueva: a cambio de 100.000
libras , la banda tenía que hacerse cargo de los costos
de la grabación de los discos, giras, promoción, etc… Los músicos vieron el
contrato como una forma de tener el mayor control posible sobre lo que hacían,
aunque la realidad les iba a dar vuelta la cara mas de una vez. Como en el caso
de la edición del segundo simple del disco, que sería Remote Control, cuando
ellos mismos consideraban el tema como flojo y sin consistencia.
Tapa del primer disco de The Clash
Lo
cierto es que con 4.000
libras se encerraron durante 3 fines de semana en el
estudio nº 3 de la CBS
en Londres y pergeñaron lo que hoy es considerado por revistas especializadas y
sobre todo, por los fanáticos, como un de los álbumes mas influyentes no solo
del género punk sino de toda la historia del rock. Al entrar a los estudios, se
encargaron de dejar en claro su intención de no sacrificar sus ideales punks y
retratar la realidad que ellos veían que azotaba la sociedad inglesa a
principios de 1977. Así, canciones como Remote Control, London´s burning,
Career Oportunities, asemejaban una pintura que mostraba como era ser joven, en
Inglaterra, luchando contra la policía, la falta de trabajo y la sordera del
gobierno y las clases dirigentes del país y del negocio musical.
El
disco fue precedido en Marzo de 1977 por el single White Riot, compuesto por
Joe Strummer luego de ser testigo de los disturbios sucedidos en Agosto del
año anterior en el Carnaval de Notting Hill, en Londres. En las revueltas, la
policía detuvo a un supuesto ladrón de raza negra y la mayoría de los
asistentes, caribeños, y algunos blancos que los apoyaron, comenzaron a agredir
a los uniformados y el saldo de la pelea fueron 160 personas hospitalizadas de
ambos bandos. El tema instaba a los jóvenes blancos a imitar a sus pares
negros, que sabían como hacer valer sus derechos y se enfrentaban a la opresión.
En la pluma de Joe Strummer, a los blancos les faltaba decisión y coraje para
tomar las riendas y rebelarse.
El
single tuvo un éxito moderado, pero les sumó problemas a la hora de concertar
conciertos y giras, ya que muchos dueños de pubs y salas no querían que sonara
el tema, aludiendo que al hacerlo toda seguridad en los shows se desmadraba. Los
propios líderes de la banda Joe Strummer y Mick Jones se tomaron a golpes de
puño en una oportunidad cuando en el baño de un pub, Jones le manifestó su
negativa a tocar el tema esa noche. White Riot no era su tema favorito y no tenía
drama en no tocarlo si se lo pedían.
Con
esa presentación en single, el álbum se editaría un mes mas tarde en el Reino
Unido y no tendría edición en EEUU hasta 1979, cuando el éxito de su primer
gira por esos pagos, casi obligó a la
CBS a ponerlo en circulación, con los cambios propios de los
yanquis, en lo que a mezclar el órden de los temas, sacar unos y poner otros se
trataba.
El
sonido del disco, a pesar de las cortas horas de grabación, es compacto, con
las guitarras bien al frente, explosivo desde el primer tema, Janie Jones hasta
el último Garageland. La actitud se lo comía todo, las letras habalaban de lo
que se cocía en la calle y hasta la portada los mostraba tal como eran: la foto
fue sacada en la cuadra de enfrente a donde estaba la sala de grabación de la
banda, Rehearsal Rehearsals, en el Camden Market, de Londres. Allí, parados en
un pasillo, se encontraban Strummer, Jones y el bajista Simonon, sin poses ni
artilugios. Faltaba el baterista Ferry Chimes, quien ya había decidido dejar la
banda, por no soportar el ritmo de vida del rock.
El Camden Market
Entre
los temas propios de The Clash se colaba una remake del tema reggae Police and
Thieves (original de Junior Murvin), un agregado de último momento, cuando se
dieron cuenta de que la duración del álbum era muy corta. Sin embargo, este
tema indicaría la apertura de un camino prolífico hacia el reggae, que se
profundizaría en las siguientes producciones y que tenía a Strummer como
pionero y audaz catalizador. El reggae y el punk iban a mostrarse mucho mas
cercanos de lo que a priori pudiera parecer y el caldo se gestaría en el barrio
de Camden, justamente el lugar anfitrión del Notting Hill Carnaval. La
contraportada del álbum es una foto de policías cargando contra civiles, tomada
el día de los incidentes del año 1976, por el fotógrafo Rocco Macauly, y que
diera lugar a la composición del primer single White Riot.
Otros
temas del disco hablaban de una cadena de profilácticos (Protex) tan comunes
por esos días; del aburrimiento que suponía la americanización de la sociedad
inglesa (I´m so bored with the USA) o de la respuesta a una crítica a un show
de la banda taloneando a los Sex Pistols, aparecida en un diario, y que
apuntaba a devolver prontamente a los Clash al garage de donde no tendrían que
haber salido, si era posible, con el motor encendido (Garageland).
Imágen de Camden, barrio de Londres
El
disco no sería un hit en su momento, pero con el correr de los años y a la luz
de las listas de los mejores discos de la década (siempre discutibles) se
posiciona en lo mas alto en las preferencias de los oyentes de música.
The
Clash iba a perseverar en la radicalización de sus opiniones políticas y
sociales y en la audacia por abordar nuevos ritmos musicales en los próximos
discos, abriendo nuevos caminos y cerrándose otros al mismo tiempo, abarcando más
de lo que sus brazos podían rodear. Las luchas internas no tardarían en
aparecer y el dinero y las drogas también pondrían en jaque a los miembros de
la banda, pero esa será otra historia…
Mural en Camden con uno de sus hijos dilectos
Por
ahora, sigamos deleitándonos con un álbum debut que toda banda quisiera haber
editado, pero muy pocas lo logran.
Roberto Lagomarsino para DeBrosMedia