Tienen que cambiar
Se jugó el
primer Superclásico del año, un partido horrible… Está bien, es pretemporada,
los jugadores están duros, quieren evitar lesiones, etc. Pero lo horrible no es
nuevo en el fútbol argentino. Por eso está bueno hacerse algunas preguntas. Qué
pasa por ejemplo en equipos como River o Boca, ¿son malos los jugadores? ¿El
ritmo frenético de nuestro fútbol no permite jugar? ¿El estado de los campos de
juego no es el ideal? ¿Los técnicos no sirven?
A ver, tratemos
de analizar lo que sucede a partir de este partido. A simple vista, salvo algún
jugador como Ponzio o Gago, ninguno toca efectivamente la pelota, no se juega a
un toque. Son pocos los que pueden decidir en una jugada qué hacer, la mayoría
va para donde puede, gambetea o la pasa como puede. La realidad que al momento
de parar el balón ya se complican, les rebota. ¿Están apurados por la presión? ¿Quieren
demostrar en una jugada? Si es así, el camino es equivocado, la calidad del
jugador se ve en la buena administración del juego, si el pase es correcto, aún
sin gambetear a nadie, se luce mas.
Vale la pena la
comparación, aunque parezca una locura, con el Barcelona. Si bien es uno de los
mejores equipos del mundo, consideremos la predisposición al juego. Se toca la
pelota de primera y se gambetea cuando es la mejor opción. Pero además, si se para
el balón, se hace con eficiencia, el jugador siempre queda bien ubicado. ¿El
campo de juego? Una excusa, se juega hasta con nieve y con canchas peladas de
pasto. Si vemos al peor equipo español o italiano, juegan igual pero con menor capacidad
defensiva u ofensiva.
El problema tampoco
parece ser totalmente de los jugadores aunque son pocos los destacables. El
apuro y la ansiedad vienen del banco, de la historia, de la gente, del contexto
político del club y de los dirigentes. Sin embargo, hay equipos que intentan
jugar y por momentos son vistosos, y en nuestro fútbol eh… Más allá del lugar
que ocupen en la tabla, Newell’s, Vélez o Lanús, son audaces, y entretiene
verlos.
Boca y sobretodo
River, en los últimos años han incorporado jugadores de todo tipo y no han
mejorado su juego. ¿Cómo revertir entonces la situación?
La ansiedad de
los hinchas, con todas las miserias que acarrean: barras bravas, contexto del
país y los problemas cotidianos de cada uno en particular, es un caldo
agobiante dentro del escenario deportivo. Pero, los que gobiernan los clubes y
toman decisiones pueden intentar mantenerse al margen y llevar tranquilidad a
los que deben pisar el campo de juego.
La idea
futbolística, el plan, la estrategia (que no la decide sólo el técnico), es lo
que falla en nuestro fútbol. River, por ejemplo, parece haberse decidido por un
Director de fútbol, Enzo Francescoli, que fue uno de los máximos ídolos y Boca,
aunque funciona mejor la
Comisión Deportiva , tiene como cabeza a su Presidente
Angelici. Ellos deben liderar el cambio en el fútbol de nuestro país, elegir,
dentro de lo poco que hay, jugadores con temple que no corran, que piensen.
Pero también, cambiar la cabeza de los que están. ¿O acaso Teo Gutiérrez,
Cavenaghi, Lanzini, Gago, Sanchez Miño, Ledesma o el Burrito Martínez, por
nombrar algunos protagonistas del primer clásico, no pueden jugar bien al
fútbol? Claro que pueden, pero el público exige, el técnico grita, el
periodista critica y los dirigentes se hacen eco. Así no se puede.
El fútbol doméstico necesita de River y Boca,
deben ser los ejemplos, por historia, por prestigio. De sus dirigentes deben
bajar ideas de liderazgo claras, transparencia, seguridad y tranquilidad. Aislar
a los que juegan del ruido que rodea al fútbol. Capitalizar lo que viene de Europa:
no se corre, se toca y se toman decisiones eficaces en el juego. Se plantea una
estrategia por parte del club y una táctica futbolística a cargo del técnico. Hay
que creer en el proyecto a largo plazo, tener
paciencia y convencimiento al transmitirlo, de infantiles a mayores. Los
pergaminos de Boca no están muy lejos en el tiempo y fue obra de muchos de los
que siguen en funciones. Luego algo se hizo mal pero tienen el antídoto para
volver a las grandes gestas. El nivel del Barcelona parece inigualable pero
tenemos materia prima para emularlo. Se necesita tiempo pero debemos comenzar
algún día.
Mariano Lagomarsino para DeBrosMedia
Mariano Lagomarsino para DeBrosMedia
No hay comentarios:
Publicar un comentario