jueves, 6 de febrero de 2014

SOCIEDAD

La decadencia del mensaje oficial

Las medidas económicas que intenta implementar el Gobierno siguen atentando contra el poder adquisitivo de la clase media. Sin embargo, el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich trata de ocultar el problema y busca engañar a la audiencia con su mensaje. Día tras día enfrenta los micrófonos con dichos que sólo agregan crispación en la gente, algunos adhieren y otros, cada vez son más, se cargan de preocupación.

La mayoría de los trabajadores necesitados de su sueldo para vivir, deben hacer cuentas a diario para asegurarse llegar a fin de mes, si llegan. Los gremios, salvo alguna excepción, han suspendido las negociaciones por paritarias quizás hasta abril. Por su parte, el Gobierno quiere distraer haciendo creer que el ahorro es sólo para especuladores. Aquel con capacidad para guardar unos pesos tal vez deba pagar más impuestos y recibir menos subsidios. Y el que consiga algún dólar es casi un ‘bacán’ que merece ser observado por la AFIP.  Así lo dan a entender las palabras del Ministro de Economía, Axel Kicillof.


La misma idea, el ahorro como lujo, se desprende del ataque constante del Gabinete a los productores agropecuarios, ‘machacando’ con que, si se acopia, hay capacidad de ahorro. Sin embargo, no tienen idea de los ciclos de pago del productor, por qué debe guardar los granos, tampoco toman en cuenta los daños generados por el clima ni las particularidades de cada actividad del sector. Se habla para la masa pero da la impresión que la inyección hipodérmica del mensaje ya casi no da resultado.

Estamos en problemas con esta particular manera de pensar de los que supuestamente nos representan. El ahorro, además de seguridad, nos da la posibilidad de darnos algún gusto, disfrute o goce. Pero quizás esto ya sea un pecado y la idea sea conformarnos con el trabajo y comer lo justo y necesario. Sin ahorro no hay crédito para la vivienda, ropa ni vacaciones. ¿Será ésta la filosofía de vida que intentan propagar?

Lo lamentable es que los mismos que tratan de adoctrinarnos detrás de la mentira, viven en casas de lujo, poseen autos de alta gama y van y vienen cuando quieren a cualquier parte del mundo. Si no lo hace todavía, lo hará cuando deje su cargo. Sólo Dios podrá juzgarlos porque aquí en la Tierra no recibirán castigo. La vida de los argentinos continuará y todo volverá a repetirse con los mismos u otros protagonistas. 

Mariano Lagomarsino para DeBrosMedia

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