No nos puede pasar lo de Venezuela
Los hechos de
violencia que se suceden en Venezuela mantienen en vilo al mundo y provocan una
gran tristeza. Parece increíble que un Gobierno pueda ocasionar semejante
división en su Pueblo. Alcanzan el poder con una propuesta noble, de lucha por
la equidad social y terminan perpetuándose, enceguecidos por un ideal que
utiliza el engaño como medio de propaganda.
Este conflicto
iba a llegar algún día, casi todos los Gobiernos autoritarios pasan por la
misma situación. Pocos de ellos logran sortear la crisis social aunque pueden
prolongarla durante años. La causa fundamental que ocasiona la eclosión de un
Pueblo se basa en la imposición de cambios drásticos en una Nación acostumbrada
a otra cosa. Al momento de ser Gobierno electo se transmite un mensaje de Paz,
inclusión y equidad pero con el paso del tiempo se transforma en una bajada de
línea amenazante de la que no se puede disentir. Una gran parte de los
ciudadanos dejándose llevar por la propaganda adhiere a
esos ideales y a la metodología de acción del líder. Al principio se logra la
mayoría pero al mismo tiempo se pierde por completo el compromiso de los que
piensan distinto. Este quiebre es el
denominador común del conflicto social. Nunca es buena la imposición sin
diálogo, sin explicación, la soberbia o la ironía para los que no comparten el
modelo. Es mejor tener menos fanáticos, menos aduladores y más seguidores con espíritu
crítico.
Lamentablemente
hace años que venimos escuchando que Argentina puede seguir los pasos de
Venezuela. Allá por el año 2006 provocaba algo de risa cuando Néstor Kirchner,
Presidente en aquel entonces, comenzaba a ignorar ciertas demandas de los
países desarrollados y recibía esas comparaciones como respuesta. Luego fueron
llegando hechos más graves como la expropiación de empresas, desplantes a
Estados Unidos, el no pago al Club de París y a nivel local el enfrentamiento
con el campo y los desaires a la Corte Suprema. De a poco se vislumbraban ciertas
similitudes y la crispación social comenzaba a emerger. El Gobierno de Cristina
continuó con las medidas como el cepo al dólar, negar la inflación, trabas para
salir del país y críticas desmesuradas a opositores aún sin ser políticos. Las
semejanzas entre los dos países se acentuaron, por supuesto con las
características particulares de cada economía. Incluso, sus Presidentes,
Kirchner y Chávez, siempre intercambiaron elogios y paradójicamente ambos, se
fueron de esta vida en plena lucha.
Con esto no
quiero decir que los hechos puedan repetirse en nuestro país, lo descarto por
completo. Los ´papanatas´ dirán que muchos están esperando que algo suceda. Una
estupidez superlativa, nadie puede querer la violencia en las calles,
exponiendo la vida de civiles incluida la de nuestros hijos. Todos vemos lo que
padecen los venezolanos, no sólo en la ciudad de Caracas, sino también en
Táchira, Valencia, Puerto Ordaz y otras.
La ventaja que
tiene la Argentina
es que Venezuela siempre ha marchado unos pasos adelante, nuestro Gobierno no
inventó nada, imitó, copió pero también fue mutando. Se transformó en algo que
no tenía pensado, actuó sobre la marcha y eligió a Hugo Chávez como aliado. El
padre de la criatura ya no está, su fiel seguidor Néstor tampoco. Quedó
Cristina, algo vulnerable, con un equipo de trabajo muy joven e idealizado. El
mayor desafío es dejar de imitar un modelo que está en crisis, enderezar el
rumbo, escuchar y aceptar las críticas. Gobernar para todos, lograr el consenso
de la mayoría y el acompañamiento del resto. No nos puede pasar lo de
Venezuela, no nos va a pasar, de ninguna manera. No somos un país chico que
quiso ser grande, ya fuimos grandes hace varias décadas y ahora somos chicos.
Volver a empezar, ese es el camino, esta historia ya la conocemos.
Mariano Lagomarsino para DeBrosMedia
No hay comentarios:
Publicar un comentario