martes, 3 de junio de 2014

SOCIEDAD

El Capitán Barragán y sus laderos

El escándalo de Boudou debilita aún más al Gobierno y deja expuesto el peor de sus defectos: el engaño. La estrategia comunicacional del oficialismo se derrumba por completo. No se puede defender lo indefendible, intentarlo es una derrota segura. Pero nada es imposible para el ‘Capitán’ Carlos Barragán que sale a poner el pecho por su Amado en “6,7,8” y parece que le van a terminar contando hasta 10. Él y los muchachos del programa periodístico de la TV Pública se inmolan por la causa.


Durante mucho tiempo se intentó instalar en la gente que los medios de la ‘corpo’ le mentían a la audiencia y la verdad pasaba por la TV oficialista con “6,7,8” a la cabeza. Así pasó Lázaro con su Bodega premium tomándonos a todos por locos, también Fariña el bufón que nos vendió ficción. Tal vez ahora intenten demostrar que en la ‘apropiación’ de Ciccone nada tuvo que ver el vicepresidente Amado Boudou sino que fue su homónimo, un simpático ‘rocker’  de Puerto Madero. Todo puede suceder, bastaría un par de defensas de Gerardo Romano, Leo Sbaraglia o Pablo Echarri para confundir al espectador de que el vice es un buen tipo.

El Gobierno encontró en el Capitán Barragán y sus laderos un panel de fabuladores que mantienen fascinados a una pequeña audiencia. Sin embargo, con la citación a indagatoria de Amado Boudou cualquier argumento de defensa agigantará el ridículo. De alguna manera como dijo Adrián Suar “los partidos se juegan de local y visitante”. Todos los que forman parte del aparato de comunicación de este Gobierno y también sus defensores acérrimos, deberán continuar trabajando más allá de la era kirchnerista. Seguir siendo incondicional con los corruptos es avalar la inmoralidad, es ser cómplices y parte del engaño a un Pueblo. 



Mariano Lagomarsino para DeBrosMedia

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